Tras el auge de los juegos panamericanos Lima 2019, el interés por practicar algún deporte o realizar mayor actividad física ha aumentado en la población peruana. Es decir, la actividad física se involucra más en la vida de los ciudadanos gracias al legado de los juegos y ello implica que existan mayores aspiraciones entre los jóvenes por representar al Perú en algún otro campeonato de igual magnitud. Sin embargo, existe una brecha entre practicar deporte como afición y a nivel profesional, y es que, la preparación física no es lo único relevante en el desempeño de un deportista de élite. Esto se debe a la existencia de otros factores como los psicológicos, que determinan el desempeño deportivo de los atletas. Cabe resaltar que este es un tema que muchas veces se deja de lado en el deporte de alto rendimiento a pesar de implicar la victoria o derrota en una competencia.
Se sabe que, durante los torneos de nivel internacional, los deportistas se encuentran bajo niveles altos de presión, no solo por el simple hecho de competir, sino también por representar a un país. Por lo tanto, deben poseer fortaleza mental para poder salir adelante. Esto es consecuencia de la constante presión a la que se encuentran sometidos y que se relaciona directamente a tener éxito. Para lograr afrontar con ello, se debe tener un grado de preparación mental y es ahí donde interviene la psicología deportiva, la cual tiene como función motivar a los deportistas a través de técnicas que les permitan optimizar su performance durante la competencia.
Esto se logra a través del estudio de su comportamiento días previos al día de competición y durante sus entrenamientos. Identificando así como los deportistas y sus entrenadores podrían verse afectados durante la competencia. Asimismo, se deben identificar sus miedos y motivaciones durante el momento de la competición. Seguidamente, del diagnóstico se determina en qué áreas el deportista necesita trabajar con el aspecto psicológico.
Para su aplicación, el psicólogo utiliza distintas técnicas para el entrenamiento mental que se relacionan directamente con la disciplina que practican y que afectan su rendimiento y resultados. Por ejemplo: Concentración, manejo del estrés y ansiedad, control del miedo, confianza, etc. A pesar de su importancia, la presencia de un psicólogo deportivo y la aplicación de psicología deportiva no es tomada con la debida importancia en el alto rendimiento, pues muchas veces se desconoce su rol y se percibe por parte de los entrenadores como un desafío de autoridad.