Situémonos a mediados del siglo XIX, cuando se dio la segunda revolución industrial y preguntémonos: ¿cuántas marcas de carros se desarrollaron en el momento? ¿Cuántas tiendas de ropa existían? Las respuestas a estas preguntas serían números muy pequeños. Ante la limitación de opciones, los clientes, de cierta forma, se veían «obligados» a aceptar lo que se les ofreciera. Hoy en día el panorama ha dado un giro de 360 grados. Existen 155 macas de carros y si contamos los diferentes modelos de cada marca entonces superaríamos el millar de automóviles. Si se quiere hablar de tiendas de ropa entonces se puede hablar de cienos de macas y decenas de miles de tiendas. Entonces la pregunta es cómo una empresa destaca antes las demás. La respuesta es la tecnología. La tecnología ayuda a segmenta mejo al público objetivo, a brindarle una mejo experiencia, a predecir su comportamiento, entre muchas otras aplicaciones. Aquí se quiere mencionar la realidad aumentada y la realidad virtual y dejar la interrogante si estas tecnologías revolucionaran la manera en la que se realiza el marketing.
Lo primero es entender qué es la realidad aumentada y qué es la realidad virtual. La realidad aumentada consiste en distorsionar la realidad ya existente. Si eres fanático o fanática de Pokemon, entonces es muy probables que en tu celular tengas su juego PokemonGo. Si bien esto no es una aplicación de marketing, es un claro ejemplo de cómo funciona la realidad aumentada.
Si no eres fanático de la saga, entonces se aterrizará el tema a un ejemplo aplicado al marketing. En este escenario, el cliente se encuentra yendo a Saga Falabella por que hay ofertas. La búsqueda de ofertas puede ser tediosa, puesto que hay que buscar en las etiquetas el porcentaje que se ofrece e incluso hay ocasiones en las que uno miso tiene que realizas las matemáticas para ver si sale a cuenta. La realidad aumentada permitía que uno saque su celular y mediante la cámara, conforme la pasa por los diferentes productos, puede ver el descuento y el precio con descuento. La utilidad no se detiene ahí. Uno podría ver a través de un aplicativo móvil cómo es que esa prenda le quedaría realmente, sin la necesidad de hacer colas. Claro que, esta utilidad no se detiene con prendas. Hablando del sector moda, también se puede utilizar para calzado, accesorios, maquillaje, entre otros
Ahora hablemos de la realidad virtual. Como ya se sabe, la realidad aumentada distorsiona la realidad. En cambio, la realidad virtual crea una realidad alternativa.
Al igual que la realidad aumentada, sus usos en el marketing solo están limitados por la tecnología existente y por la imaginación de los maketeros. Por ejemplo, se podría utilizar para que el cliente, sin salir de su hogar o la tienda, pruebe la experiencia de manejar un modelo de carro en el que está interesado o simplemente un modelo que siempre haya querido manejar. También podía experimentar una noche de estadía un hotel ubicado en un destino en el que vaya a viajar en la época de verano, o en vacaciones. Es importante recalcar que, como se viene diciendo, se busca explorar sus utilidades para el marketing, pues también se podrían a aplicar a otros campos. El punto principal es que son tecnologías que pareciera vale la pena desarrollarlas e ir acercándose más a la respuesta de la pregunta planteada en un inicio: son estas tecnologías el futuro del marketing?